Uno y todos los demás

Cada vez que leo una noticia centrada en el reto del farmacéutico por ganar competencias para dejar de estar a la cola de los médicos y subir al nivel que nos corresponde, me acuerdo de un amigo vasco que tiene como base de sus principios vitales una división muy clara del mundo: Bilbao y todo lo demás. Pues viene a pasar lo mismo en el caso del sector sanitario, donde parece ser que primero está el Médico, y luego, todos los demás. Con esto se da a entender que lo que verdaderamente importa y está en la cima del servicio sanitario es la prescripción de recetas que a la sazón, solo pueden firmar médicos, odontólogos y dentro de poco también enfermeros.

Y cabe preguntarse: ¿realmente esto es así? ¿Es el médico la marea que eleva todos los barcos? Y de serlo, ¿es el poder prescribir el mayor logro como profesional, sin el cual tan solo somos unos confirmadores sumisos del criterio de un médico? ¿No habría que situar más bien la mejora de la calidad de vida del paciente como el único fin, y a la prescripción y otras competencias como medio del proceso asistencial? Al fin y al cabo no importa tanto quién tenga una competencia u otra, sino seguir prestando una atención de calidad. Algo tan digno y difícil como el papel de otros profesionales sanitarios, y estar siempre al lado del paciente. Él es el único que puede avalar y respaldar el enorme esfuerzo que se hace.

Alfredo Andreu Ríos

(Primer Premio del Concurso “Qué me preocupa de mi profesión” convocado por la Asociación Española de Farmacia Social (AEFAS) y el Área de Humanidades Farmacéuticas de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra).

2019-01-18T09:42:17+00:0031/03/2014|