GARANTÍAS DE ADHERENCIA EN LOS TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS

Las personas, cuando tenemos un objetivo en mente diseñamos un camino ya sea mental o físico para llegar a nuestro destino. Sin embargo, el conocimiento teórico puede ser insuficiente para resolver problemas en situaciones reales ya que pueden aparecer obstáculos impredecibles en el camino que nos desvíen o dificulten el viaje. Al igual que un camino, el tratamiento médico tiene un plan establecido que debe seguirse para llegar a la meta deseada, que en este caso es la curación o el control de la enfermedad. La adherencia al tratamiento sería como seguir el camino señalizado para evitar perderse y llegar al final de manera exitosa.

Un farmacéutico no es el intermediario entre un médico (que prescribe) y un paciente (que recoge lo prescrito) sino que tenemos que diferenciar entre la relación médico-paciente, dirigido al diagnóstico y prevención de enfermedades, y la relación farmacéutico-paciente, centrado en el uso adecuado de los medicamentos. Por ende, el papel del farmacéutico es imprescindible a la hora de mejorar la adherencia de los pacientes a sus tratamientos.

Uno de los puntos clave es la comunicación. Con esta comunicación, no buscamos solo transmitir un mensaje, sino también debemos asegurarnos como farmacéuticos de que este ha sido entendido y recibido correctamente. A veces, se emplean palabras muy técnicas y científicas que el paciente no es capaz de comprender, por lo que debemos adaptarnos a la situación y buscar la manera más eficaz para hacerle llegar la información satisfactoriamente.

También es muy importante crear un entorno de confianza y profesionalidad, pero nunca dejando de lado la empatía y comprensión para que los pacientes se sientan seguros y acompañados en todo momento.

Una manera sencilla que puede emplear el farmacéutico para aumentar la adherencia al tratamiento de sus pacientes es con recordatorios. Puede recomendar a sus pacientes ponerse alarmas o notas en papel, por ejemplo, para que recuerde tomar su medicación. También el farmacéutico puede realizar llamadas para asegurar que efectivamente, el paciente está siguiendo sus indicaciones. Para los pacientes polimedicados o con dificultades para recordar, cuya adherencia al tratamiento es muy compleja e incómoda, el empleo de Sistemas Personalizados de Dosificación (SPD) ha mejorado significativamente la adherencia y efectividad de los tratamientos.

A veces, en caso de que el paciente no desee un SPD y el farmacéutico vea que pueda necesitar un poco de ayuda para seguir su tratamiento, es buena idea contactar con un familiar del paciente que viva con este o lo vea con frecuencia para colaborar con la supervisión y control de la adherencia.

A pesar de todo esto, no debemos nunca olvidar, que el medicamento que te da vida, es el mismo que te mata. Es decir, todos los medicamentos, al igual que tienen indicaciones excelentes y beneficios sobre la salud, tienen unos efectos adversos e interacciones negativas que debemos hacerle llegar al paciente. Debido a esto, tenemos que comprender que la dosis de un fármaco ha sido estudiada detalladamente y que por debajo de esta se pueden obtener niveles insuficientes para la eficacia del tratamiento, y por lo contrario, niveles por encima por un exceso de medicación, puede alcanzar niveles tóxicos y agravar estos efectos adversos.

Una buena adherencia al tratamiento en la mayoría de casos consigue el objetivo propuesto por lo que se debe hacer llegar al paciente estas consecuencias. A parte de explicarle esto oralmente, se pueden emplear recursos adicionales, como sitios web confiables o folletos informativos, para ayudar a los pacientes a comprender mejor su tratamiento y que entiendan además que no cumplir con la adherencia, puede incluso tener consecuencias no solo para ellos, sino para toda la sociedad (aumento de los costos de atención médica por tratamientos adicionales, resistencia a antibióticos…).

Actualmente se están implantando un “Canal de comunicación” entre las oficinas de farmacia y los centros de salud de atención primaria. Esta nueva vía sirve para controlar y monitorizar prescripciones de los pacientes, para la reactivación de posologías y de tratamientos críticos (antidiabéticos inyectables, antiagregantes, benzodiazepinas, antipsicóticos, antiepilépticos…) cuya suspensión de la adherencia puede suponer un riesgo en la vida del paciente. Además, también puede emplearse para circunstancias en la que se requiera un cambio de forma farmacéutica. Por ejemplo, un paciente con disfagia al que se le prescriba por error comprimidos orales, necesitará un cambio de la forma farmacéutica para adaptarse a sus necesidades y conseguir una adecuada adherencia y de esta manera el farmacéutico de oficina de farmacia puede comunicarlo. Gracias a esta herramienta, el paciente evita tener que ir o llamar al médico y se favorece una comunicación entre profesionales sanitarios, que, al estar en el mismo campo, es más efectiva y funcional.

En conclusión, el farmacéutico tiene un papel crucial en la mejora de la adherencia terapéutica de los pacientes, a través de la educación, seguimiento y monitorización, identificación de problemas y fomento de la comunicación. La colaboración y responsabilidad compartida entre el farmacéutico, el médico y el paciente es fundamental para lograr el éxito farmacológico y proporcionar al paciente la mejor calidad de vida y bienestar.

Marina Sagaseta de Ilúrdoz Garralda

(Este trabajo ha sido galardonado con el Primer premio en el X Concurso de Ensayo para Alumnos de Farmacia organizado por AEFAS en colaboración con la FEEF)

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