ADHERENCIA AL TRATAMIENTO

La adherencia al tratamiento es el mayor reto de los profesionales sanitarios. El incumplimiento del tratamiento por parte del paciente no solo dificulta la obtención del efecto deseado y la curación, también influye en el ámbito económico-social de nuestro país. Según la OMS la adherencia al tratamiento es “el cumplimiento del mismo; es decir, tomar la medicación de acuerdo con la dosificación del programa prescrito; y la persistencia, tomar la medicación a lo largo del tiempo”. El farmacéutico desempeña un papel fundamental de cara al cumplimiento de este objetivo.

El tratamiento no consiste en la simple toma de un medicamento, sino que viene acompañado del momento de administración, y a menudo supone seguir dietas estrictas y realizar cambios en el estilo de vida. Por todo esto es difícil para el paciente perseverar en el cumplimento de las recomendaciones dadas en los centros sanitarios.

La causa más frecuente de incumplimiento del tratamiento es el olvido, se da debido a diversos factores como el deterioro cognitivo, la falta de rutina y la dificultad para recordar las instrucciones o incluso, debido a la exigencia del mundo profesional que experimentan algunos pacientes. Por otro lado, la incomprensión, es causa del abandono del tratamiento. En numerosas ocasiones y sobretodo cuando el paciente sufre determinadas patologías, la falta de apoyo familiar, el miedo a sentirse juzgado o rechazado por los que le rodean e incluso las limitaciones económicas llevan al paciente a dejar de medicarse.

La elevada demanda y saturación del los hospitales, lleva a numerosos pacientes a acudir con más frecuencia a las farmacias que al médico, ya que estas son mas accesibles. Muchos tienen miedo, otros simplemente no tienen tiempo. La oficina de farmacia es un centro sanitario en el que se encuentran profesionales formados y capacitados, esto genera un ambiente seguro que favorece el desarrollo de la confianza farmacéutico-paciente. Además, facilita llevar un seguimiento del paciente, revisando sus registros de medicación, preguntándoles por las dosis olvidadas e identificando los efectos secundarios.

Debido a esto es muy importante trabajar y facilitar la comunicación con el paciente. A menudo uno está nervioso cuando acude al médico. Puede que se le olvide preguntar alguna cosa, no recordar con claridad las indicaciones que le han dado o no haberlas entendido. El explicar de nuevo al paciente cuando, como y la importancia de tomarse la medicación es papel del farmacéutico. Estar disponible para resolver sus dudas, proporcionar instrucciones por escrito o incluso organizadores de pastillas, ayuda a que el paciente complete óptimamente el tratamiento.

Por otro lado, nuestra profesión también interviene en la simplificación de las pautas terapéuticas. En las oficinas de farmacia se recomiendan formas de dosificación y vías de administración alternativas que buscan la comodidad del paciente. Así mismo, aunque alejado de la oficina de farmacia también los farmacéuticos de la industria buscan la innovación en cuanto a formas farmacéuticas, buscando vías de administración más cómodas para el paciente. También en atención primaria, algunos farmacéuticos se encargan de revisar las prescripciones de los pacientes poli-medicados. Mediante el sistema informático se lanzan alertas para retirar fármacos ya innecesarios y sustituir los que interaccionan entre sí.

Esto último, fomenta la colaboración entre profesionales sanitarios y garantiza una atención coordinada e integral al paciente. La comunicación entre hospitales y oficinas de farmacia empieza a implantarse en nuestro sistema sanitario, ya que facilita el seguimiento del paciente y la compenetración entre profesionales a la hora de dar consejos y cambiar la medicación.

Todas estas estrategias son fundamentales, ya que cuando los pacientes que no completan el tratamiento indicado, se reduce su eficacia y su enfermedad progresa. Esto también supone un aumento en los costes de salud. Muchos pacientes tras iniciar un tratamiento comienzan a sentirse mejor y abandonan el tratamiento antes de lo previsto. Este tipo de prácticas favorecen recaídas y en el caso de los antibióticos el desarrollo de resistencias bacterianas.

En consecuencia, se dificulta la curación de ciertas enfermedades ya que surge la necesidad de tratamientos intensivos, de desarrollar nuevos antibióticos con mayor espectro y que en muchos casos son de uso exclusivo hospitalario, aumentando el coste sanitario. Por otro lado, hay una diminución en la calidad de vida de los pacientes tanto física, como social y emocional. Esto extrapolado a enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y condiciones cardíacas se manifiesta en ultima instancia con el final de la vida.

En conclusión, como se ha puesto de manifiesto el papel del farmacéutico es esencial para solucionar el problema de falta de adherencia al tratamiento. Algunas de las estrategias que emplea son el consejo farmacéutico, la cercanía y accesibilidad, la optimización de las pautas terapéuticas. La mejora de la adherencia al tratamiento no solo mejora los resultados de los pacientes, sino que reduce los costes sanitarios y ayuda a prevenir el desarrollo de resistencias y tolerancias a los fármacos.

Alicia Rodríguez Belloso
(Este trabajo ha sido galardonado con el Tercer premio en el X Concurso de Ensayo para Alumnos de Farmacia organizado por AEFAS en colaboración con la FEEF)

2023-05-29T14:50:04+00:0029/05/2023|