Vía: Salud pública, ética y sociedad
Tengo un artículo guardado desde hace tiempo titulado «las minorías de la salud pública«. El artículo, publicado hace casi un año, planteaba el problema de las personas que se quedan sin tarjeta sanitaria en España. Según el diario, este problema afectaba a distintos grupos como los parados sin prestación ni subsidio de desempleo.
El acceso a la atención sanitaria se dificulta si no se posee tarjeta sanitaria. La conclusión, por tanto, es que la universalidad de la atención sanitaria se resquebraja, aunque como señalaba el diario estemos hablando de una minoría.
La problemática descrita en este periódico es mayor actualmente con el cambio legal aprobado meses después y que afecta a los inmigrantes sin papeles. La minoría hoy en día es menos minoría…
¿Se puede recibir asistencia sanitaria si no se paga?
El artículo mencionado antes describe brevemente cómo España ha pasado de un sistema de salud «de seguridad social» a un sistema nacional de salud. El cambio del modelo, al menos en teoría, tiene su importancia:
En el modelo de la seguridad social la asistencia sanitaria se financia a través de las cuotas obligatorias de los trabajadores y empresarios. Aquí, por tanto, el derecho a la asistencia la tienen los trabajadores y sus familiares.
En el modelo de los sistemas nacionales de salud, la asistencia se financia a través de los impuestos. Por tanto, quien paga impuestos, en principio debería tener derecho a la asistencia sanitaria.
Nos tendríamos que detener en el tipo de impuestos. Si hablamos del impuesto sobre la renta, vemos que a mayor ganancia salarial, se paga más para la asistencia sanitaria. Sin embargo, esta asistencia no depende de lo que se pague sino de lo que se necesite. Se paga según lo que se tenga y se recibe atención sanitaria según lo que se necesite. Tenemos, por tanto, un sistema solidario.
Si estamos hablando de impuestos indirectos, como el IVA, podríamos concluir que la contribución al sistema sanitario es proporcional a lo que se consuma en productos que tengan este impuesto. Es cierto que este consumo será mayor si se tiene mayor poder adquisitivo. Pero también es cierto que TODOS, en mayor o menor medida contribuimos porque TODOS consumimos productos con IVA. Y aquí viene la pregunta: ¿Por qué no se aplica el mismo principio de solidaridad?
Se trata de una cuestión difícil cuando la sostenibilidad del sistema se tambalea. Pero lo que está claro es que en tiempos de crisis se produje una gran paradoja: hay que ser MÁS solidario cuando MENOS se tiene…