El aborto y las cuestionables decisiones de la FDA

En el último número de Correo Farmacéutico se incluye el artículo titulado “la píldora abortiva mifepristona pone en jaque el sistema de autorización de medicamentos de la FDA”. Se trata de una reflexión sobre “la batalla legal por el acceso al aborto farmacológico en Estados Unidos” después de haberse roto el amparo legal que ofrecía la jurisprudencia del caso Roe contra Wade. Sin duda, la nueva situación del aborto en Estados Unidos genera una serie de nuevos planteamientos que afectan a la sociedad norteamericana en general y a la profesión farmacéutica en particular.

En el citado artículo se realiza una reflexión sobre como la nueva situación legal del aborto en Estados Unidos afecta a los productos abortivos. En el desarrollo del artículo hay dos cuestiones que me han llamado poderosamente la atención.

La primera, que la autora, con falta de rigor jurídico, se refiera a la existencia de un derecho a abortar y, además, parta de ello para desarrollar y apoyar su argumentación. Correo Farmacéutico siempre ha sido muy respetuoso con las distintas sensibilidades de sus lectores y, a la vez, muy riguroso en sus afirmaciones. Por ello, extraña que se hable de “un derecho a abortar”, no distinguiendo entre lo que es un derecho humano y lo que es un derecho a recibir una determinada prestación sanitaria.

La segunda, es el flaco servicio que, desde la que para muchos es nuestra revista farmacéutica de cabecera, se le hace a la agencia americana del medicamento, considerada como de referencia en el ámbito internacional, cuando se indica que “en medio de este retroceso en el derecho a abortar, la FDA ha tomado una decisión –o mejor dicho, dos- que han sido clave. Por un lado, sobre la píldora levonorgestrel o píldora del día después, la FDA ha aclarado que no es una píldora abortiva y termina así con reticencias y tópicos” (…) “Con el mismo objetivo, la Agencia reguladora ha rebajado los requisitos de dispensación de la píldora abortiva mifepristrona. De modo que ahora se puede comprar online”. No sé a ustedes, pero a mí, después de leer las anteriores afirmaciones, me ha entrado una cierta incertidumbre sobre el papel regulador, aséptico y riguroso desde el plano científico, de la FDA. ¿La FDA puede cambiar criterios para contrarrestar lo que políticamente le parezca mal? ¿La FDA puede cambiar requisitos sobre medicamentos en atención a lo políticamente correcto? ¿La FDA puede ignorar la evidencia científica mostrada por muchos investigadores que afirman el efecto antiimplantatorio del levonorgestrel? Espero, por el bien de todos, que esas dudas suscitadas sobre la forma interesada de actuar de la FDA provengan de sesgos de la redacción del artículo, y no sean el reflejo de la forma de trabajar de la agencia americana del medicamento que generaría, cuanto menos, incredulidad ante la aprobación o rechazo de otros medicamentos. Ante tal incertidumbre, he revisado la página web de la FDA (https://www.fda.gov/drugs/postmarket-drug-safety-information-patients-and-providers/information-about-mifepristone-medical-termination-pregnancy-through-tenweeks-gestation) y la versión que en ella se ofrece del proceso de aprobación seguido por la mifepristona, es de ámbito profesional y difiere del proporcionado por Correo Farmacéutico, asentado en premisas ideológicas. Por ejemplo, en el informe de la FDA no se alude a derechos y sí a cuestiones técnicas como, por ejemplo, se especifica que “La FDA no recomienda comprar mifepristona online”, un dato importante en lo que respecta a la seguridad y no trivialización del producto.

José López Guzmán

2023-10-20T06:50:12+00:0014/03/2023|