Dignidad humana y aborto: ¿Son compatibles?

Mucho se ha discutido a raíz de la presentación, por el Ministro Gallardón, del nuevo Proyecto de Ley sobre el aborto. Se ha recurrido a la noción de dignidad humana, tanto para defenderlo, como para atacarlo. Esta aparente contradicción solo puede ser resuelta en la medida en que nos aproximemos al verdadero significado de la dignidad humana.

La Declaración Universal de Derechos Humanos afirma que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. Para poder aplicar esta afirmación a nuestro tema, debemos partir de algo sobre lo que no existe ninguna duda científica: el concebido es un ser humano. Es mas, desde el momento mismo de la concepción, ya puede ser individualizado como varón o mujer. Por lo tanto, pertenece a la familia humana y posee dignidad inherente.

Por su parte, el principio de la dignidad humana nos remite a una idea fundamental, admirablemente expresada por Kant: la consideración del ser humano como fin en si mismo, y nunca como medio; la distinción entre persona y cosa, entre sujeto y objeto. Y, en consecuencia, el reconocimiento a todo ser humano de derechos inherentes.

Si aplicamos al concebido lo anteriormente señalado, debemos reconocerle una dignidad per se, intrínseca, lo que implica la necesidad de tratarlo, no como un objeto –cuya vida puede quedar a merced de nuestra voluntad-, sino como un sujeto, portador de derechos; asimismo, exige no instrumentalizarlo, considerándolo como un fin en si mismo, merecedor de respeto. Es evidente que el aborto niega todas estas exigencias, por lo que, si somos congruentes con lo que significa el principio de la dignidad humana,  resuelta incompatible con ella.

Angela Aparisi Miralles 

Foto vía: Raul Garcia Piñero vía photopin cc

2019-01-18T10:09:07+00:0031/01/2014|