Cada vez es más común que, para ciertas patologías, se prescriban medicamentos fuera de indicación (off-label). Esto genera, con una correcta práctica clínica, una ampliación del uso de medicamentos ya disponibles en el mercado y que se saben seguros. Aunque no son todos ventajas. El hecho es que las farmacias comunitarias no tienen acceso a las historias clínicas y, en la mayoría de los casos, desconocen cuando están dispensando una prescripción off-label. Por otra parte, es habitual que los pacientes, sobre todo la población anciana, lean los prospectos de sus medicinas y, al no encontrar su enfermedad entre las indicadas, desechen el medicamento ante la duda de una posible confusión del médico. De ahí que, para la prescripción y dispensación de productos off-label, sea necesario, indispensable, que se establezca una relación bidireccional entre el farmacéutico y el médico que favorezca la adherencia terapéutica. También ayudaría a este objetivo la actualización de las fichas técnicas de aquellas indicaciones de las que se ha demostrado científicamente que son válidas, eficaces y seguras.
Carmen González Vázquez