Bajo el título ‘El farmacéutico del siglo XXI ante las nuevas demandas de los pacientes. Visión 360º’, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid congregó a 21 asociaciones profesionales farmacéuticas, cuyo objetivo común es la mejor calidad de vida paciente, en un acto inaugurado por Enrique Ruiz Escudero, consejero de Sanidad del Gobierno de la Comunidad de Madrid, y Luis González Díez, Presidente del COF de Madrid
En la última mesa redonda actuaron como ponentes Sagrario Crespo, vocal de la Asociación Española de Farmacia Social (AEFAS); el secretario general de la Asociación Española de Farmacéuticos de Letras y Arte (AEFLA), Enrique Grada Vega; la secretaria general y el vicepresidente de Comunicación de la Federación Española de Estudiantes de Farmacia (FEEF), Irene Gayo y Jaume Romero, respectivamente; el general de brigada farmacéutico Juan José Sánchez Ramos; el director de Farmacéuticos Sin Fronteras, Ángel Huélamo; Nieves Mijimolle, quien es vocal de la Junta de Farmacéuticos Mundi; la presidenta de la Asociación Española de Farmacéuticos Católicos (AEFC), Marta González; y Jesús Mallol, quien fue presidente de la Comisión Promotora de Radiofarmacia.
La ponencia de la vocal de AEFAS tenía como título: El farmacéutico de cuidados paliativos: el imprescindible profesional al final de la vida. Sagrario Crespo afirmó que “el ser humano no puede reducirse a aquello que la técnica puede detectar, pues tiene algo de misterioso y único solo perceptible por otro ser humano” y que “si el hombre es cosa sagrada para el hombre, el hombre no puede matar al hombre ni cooperar a su suicidio, aunque se trate de un enfermo terminal”. En este contexto, siguió manteniendo que “el paciente debe ser asistido según sus necesidades, físicas, espirituales, psicológicas y sociales, prestando especial atención a los sufrimientos del paciente influidos por la percepción de la muerte y por la sintomatología difícil de tratar”. Y ahí tiene un papel el farmacéutico: “la disposición oportuna de medicaciones, la monitorización, la evaluación de los planes de la medicación, la programación, adquisición, recepción, almacenamiento y dispensación así como el asesoramiento de las personas del cuidado, lo que debe hacer en conjunto con los demás integrantes del equipo de cuidados paliativos”. La vocal de AEFAS concluyó afirmando que “algunas universidades y sistemas de salud están empezando a darse cuenta de que se hace imprescindible la presencia e implicación del farmacéutico en los cuidados paliativos como profesional experto en el medicamento, sin embargo, está tardando más que otras disciplinas en practicar esta especialidad emergente y es necesaria la formación en este ámbito”.