INFORME DE LA OMC SOBRE EL SECTOR FARMACÉUTICO

INFORME DE LA OMC SOBRE EL SECTOR FARMACÉUTICO. UNA REFLEXIÓN MUY PERSONAL.

La Organización Médica Colegial ha publicado, con fecha de octubre de 2014, una amplia declaración titulada “Informe sobre el sector farmacéutico”. Sin duda, el titulo es llamativo y sugestivo, mas aún viniendo del colectivo médico. Como es lógico, desde distintos sectores farmacéuticos han contestado airadamente a lo que se ha considerado una provocación de la organización médica. Por su parte, la Presidenta del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos “ha pedido cordura y ha tendido una mano al colectivo médico con el objetivo de seguir colaborando”. Desde luego, estoy de acuerdo en que no hay que contestar airadamente, aunque se considere que el informe es una provocación, pero tampoco adoptar una postura tibia cuando tu misión es la defensa y representación de una profesión. Entre otras cosas, porque no contestar genera incomodidad y distorsión dentro de nuestro colectivo. Bien es cierto que la Presienta de los farmacéuticos sabe calmar a todos con su famosa frase de “menos mal que estoy yo aquí”. 

Pues bien, como los responsables de mi profesión no han sido capaces de ayudarme con un comunicado, y quería saber lo que los médicos proponen para resolver los problemas del sector farmacéutico me he leído, de principio a fin, el citado informe. Me ha parecido un verdadero “pestiño” en cuanto a la forma, 108 farragosas y liadas páginas con entradas y salidas a temas variados mezclando sin solución de continuidad cuestiones éticas y económicas, políticas y legales, deontológicas y… Después de una primera lectura, realizada de la forma en la que los profesores escrutamos una tesis doctoral, cuando somos miembros del tribunal evaluador, me queda la duda de si es un informe de encargo a alguien externo al que se le ha indicado a donde tenia que llegar –y se ha perdido por el camino-, o si ha pasado por cientos de manos y cada uno ha querido dejar su impronta. 

También me queda la duda sobre la pretensión del informe. Me cuesta pensar que la corporación médica puede ser tan presuntuosa como para solventar la plana al Ministerio de Sanidad, Colectivos profesionales sanitarios,  Organizaciones colegiales –y a la OMS si te descuidas- realizando una propuesta de solución general de todo el entramado sanitario. Una propuesta, por otra parte, bastante sesgada y deshilachada. Me ha recordado al típico torerito mediocre que en medio de la plaza chilla un ¡Dejadme solo!, se pasa cinco minutos recomponiendo la figura  y cuando viene el toro se hace un lío y tienen que salir los subalternos a ayudarlo porque lo arroya el toro. 

Pero no todo son críticas negativas, en el informe se realizan muchas aportaciones positivas, se llama la atención sobre algunas de las lacras y grandes problemas de la asistencia sanitaria. Así, me parece muy loable el objetivo de evidenciar que las crisis económica ha afectado a todos y, principalmente, a los grupos vulnerables y que la equidad exige que se tomen medidas adecuadas a los nuevos tiempos. Me ha gustado mucho la reflexión sobre las políticas públicas, la necesidad de avanzar hacia un profesionalismo sanitario renovado, el requerimiento de unificar una agenda reformista y el convencimiento de que “la inacción no es una opción”. Me ha parecido valiente su denuncia del incremento del coste de los medicamentos, de su financiación cuando no les acompaña la innovación, de la fijación de precios, de la información facilitada por la industria y su repercusión en los precios, de las cuestionables guías de práctica médica, etc. Me ha parecido justo, que los médicos defiendan su libertad de prescripción, su lugar en el entramado sanitario, su independencia, etc. Me ha parecido injusto que en su informe se ocupen de cuestiones internas de la profesión farmacéutica que aun siendo cuestionables no tienen incidencia directa con el objetivo de su trabajo, que minusvaloren implícitamente a las otras profesiones sanitarias (no hace falta que a los farmacéuticos le recuerden que tienen que guardar el secreto profesional, lo tenemos tan claro como los médicos), etc. Me ha parecido sesgado que obvien aquellas cuestiones que afectan a los médicos y tienen amplia incidencia en el propósito de su informe: la falta de control real en la prescripción, la escasez de dedicación de muchos médicos en el ámbito público por tener que compaginar con el privado, del desvío de recetas de aquellos facultativos que comparten pacientes en la seguridad social y en las mutuas, las compensaciones o extorsiones de las compañías farmacéuticas en función de las prescripciones, etc. Me ha parecido desatinado proponer que a los médicos se le otorguen incentivos por hacer bien su trabajo, cuestionar si el porcentaje que le corresponde al farmacéutico por la dispensación se “justifica por el servicio recibido”, etc.

En conclusión, me parece que vale la pena dedicar un tiempo a leer con tranquilidad el informe, valorando los claros y oscuros que seguro que serán diferentes para cada uno de nosotros, dependiendo de nuestra profesión, ámbito de trabajo, espíritu crítico, etc. Pero, no obstante, estoy totalmente seguro es que es más importante realizar propuestas y debatirlas que dejarse llevar por la inercia de la vida esperando que nada cambie para, al igual que Gollum, no perder “mi tesoro”. 

José López Guzmán
2014-10-29T00:00:00+00:0029/10/2014|