Vía: Salud pública, ética y sociedad
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En este anuncio Coca-cola es una llamada de atención al problema que actualmente supone el sedentarismo y a la necesidad de reaccionar. Es un tan sólo una de las iniciativas puestas en marcha por esta compañía para combatir la obesidad y promover estilos de vida saludables. En un artículo del periódico ABC se explica muy bien el comienzo de esta lucha contra la obesidad iniciada por Coca-cola. También han puesto en marcha una página web en la que recogen un gran número de iniciativas para promover estilos de vida saludables.
El anuncio es muy bueno y el fin que pretende logra es loable, no hay duda. Esto nos muestra cómo esta conocida marca de refrescos utiliza su propia «maquinaria publicitaria» para promover un beneficio general, más allá de su propio beneficio económico…¿o no?
Actualmente existe un gran debate sobre el papel que las bebidas y refrescos azucarados tienen en la actual epidemia de obesidad. Por tanto, podríamos preguntarnos si plantea algún problema que este tipo de empresas del sector de la alimentación se involucre en la promoción de la salud.
Pues bien, parece que sí plantea problemas porque, a través de estos anuncios, Coca cola está mandando mensajes para contrarrestar su mala imagen. Voy a poner tres ejemplos de su estrategia:
1. Desviar balones: El anuncio de arriba fomenta erradicar el sedentarismo para luchar contra la obesidad. Es una medida necesaria pero lógicamente también hay que cuidar la nutrición. Esto incluye reducir nuestra ingesta excesiva de calorías.
2. Difuminar el problema: Un anuncio en inglés de Coca-cola transmite el mensaje «todas las calorías cuentan». Esta estrategia fue criticada en un artículo porque con este mensaje se quiere meter a todas las calorías en el mismo saco. Esto hay que matizarlo. Hay alimentos que son fuentes de energía saludables porque además contienen nutrientes necesarios. Sin embargo, los refrescos contienen lo que se denominan «calorías vacías» porque no aportan nada saludable. Esta fuente de energía debería ser la primera a reducir o eliminar.
3. Fomentar supuestos aspectos positivos: Otro anuncio tiene como lema «¿harás caso a todo lo que se dice?».
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Como siempre es un buen anuncio y da una serie de consejos para promocionar estilos de vida saludables y hacerlos compatibles con nuestra ocupada agenda. También señala que una Coca-cola es una buena fuente de hidratación y recalca «aunque algunos te dirán que tiene calorías…». El problema es que el mejor modo de hidratarnos es con agua.
En definitiva, hay motivos para ser recelosos cuando una compañía se pone a combatir algo de lo que, al mismo tiempo, se le acusa de estar contribuyendo. Aún más, cuando hablamos de un problema que se está convirtiendo en la mayor amenaza para la salud pública actualmente en el mundo: la obesidad.