Bioética: la eterna asignatura pendiente

Del mismo modo que Rousseau, Shelley opinaba que la sociedad debería ser transformada y que era el hombre ilustrado quien  tenía el deber y el derecho moral de reconstruirla desde los fundamentos, pues las ideas podían llegar a ser crueles. Esta sencilla referencia, viene al hilo de la necesidad  de la presencia entre nuestros temas profesionales de la Bioética.

Los debates actuales farmacéuticos adolecen de su presencia derivada del hecho de que muchos de  los que intervienen en ellos carecen de una concepción acerca de los valores, el hombre, el mundo y la vida. A veces se enfrentan posiciones filosóficas y morales incompatibles entre sí y el resultado  es que no existe diálogo.

La Bioética es una joven ciencia que etimológicamente se puede definir como la ética de la vida, lo que se traduce en la ciencia que regula la conducta humana en el campo de la vida humana y de la salud a la luz de valores y principios morales racionales. La Bioética es humana, racional, universal, interdisciplinar, es decir concierne a la vida y salud humana. Las intervenciones se regulan en base a la dignidad de la persona humana, es  válida para todos los hombres y se sirve de otras disciplinas como la Medicina, la  Filosofía, o el Derecho.

La Bioética no es ni laica ni religiosa, por lo tanto cualquier adjetivación es una deformación tendenciosa. La Bioética estudia y trata muchos temas y problemas del hombre: la persona, la sexualidad, la procreación, la genética, el embrión humano, la vida en fase terminal, entre otros muchos, por  lo tanto está al servicio del hombre. Recordemos que esta ciencia nació como una necesidad planteada por los propios investigadores para poner límites a los experimentos que se estaban realizando y que se les estaba yendo de las manos. Algunos  de ellos tuvieron que ser detenidos ante las perspectivas monstruosas que se avecinaban, y fue por este motivo por lo que se plantearon poner coto a los ensayos, pues no todo lo técnicamente posible, es  éticamente admisible.

Echando un vistazo a la famosa novela de Huxley Un Mundo Feliz que parecía en su momento ciencia ficción, nos encontramos que hoy se queda corta en muy pocos años. Por este motivo, creo que la Bioética es una ciencia que debería estar presente no sólo en todas las universidades, sino en  todos los encuentros profesionales.

No se entiende muy bien que se debatan asuntos de actualidad  concernientes a nuestra querida Farmacia, en los que todos estamos implicados y se obvie una disciplina que nos ayudará a regular y estudiar actuaciones que en un futuro nos pueden pasar factura. Tampoco acabo de entender, el miedo que existe a presentarla ante los profesionales como lo que es. Es como si fuera una especie de complejo o una verdadera intención de arrinconarla, como si fuera una antigüedad que es mejor no tocar para no molestar y así no crear debate para que todo el mundo esté contento.

André Sajarov fue un ejemplo de científico que reivindicó la conciencia moral para defender la dignidad y la libertad humana, por  eso decía que la ciencia sin ética no es progreso. Creo que la razón humana es capaz de aunar ética y ciencia. La  Bioética no es un lobby anticiencia  por lo que no hay que tenerle ningún miedo, sino más bien profundizar en ella para encontrar la verdad  y defenderla.

Nuestra profesión tiene como finalidad ayudar a curar, por lo tanto hemos de contribuir a difundir en la cultura científica las exigencias bioéticas. De este modo sensibilizaremos a los responsables de la Sanidad Pública a desarrollar estos principios para que se haga buen uso  de las diferentes técnicas diagnósticas, terapéuticas, de investigación así como en la dispensación de fármacos, diferenciando entre conocer para curar o conocer para actuar sin principios morales.

La conciencia moral es lo que nos acerca a la verdad aunque no falte quienes estén en contra. Afortunadamente  la conciencia no es regulable y siempre ha sido baluarte de la libertad, por lo que propondría que en los próximos congresos farmacéuticos se tuviera en cuenta introducir alguna sesión de Bioética y así se le dé la importancia que tiene y se formen mejores profesionales, pues de nada serviría avanzar en unos temas,  para retroceder en el fundamento de nuestra profesión que es el hombre. Tratamos con personas, y queremos contribuir a mejorar su salud. Si no se estudia y no se tiene en cuenta la Bioética , volveremos  a ser los hombres alfa, beta y gamma de Huxley porque no olvidemos que Dios perdona siempre, el hombre algunas veces y la naturaleza nunca.

Sagrario Crespo Garrido

Foto vía: n_sapiens vía photopin cc

2019-01-18T09:26:20+00:0025/11/2014|